Modelo de Prevención Situacional.
Principales tesis del enfoque, Técnicas
de Prevención Situacional. Críticas al Modelo y Evolución
Ensayo por
Abg. Rubén D. Aguilar Vanegas
I.- Modelo de
Prevención Situacional. (Evolución,
principales tesis del enfoque, técnicas de prevención situacional).
Este enfoque surge hacia los años `70 del Siglo XX,
siendo sus representantes Clark R, Felson M, Cohen L, Cornish B, Tremblay O,
Harris PM entre otros, Proponen
instrumentar estrategias que disminuyan las oportunidades de éxito del
delincuente y, que podía ser política eficaz de prevención delictual.
Coincidentemente otros autores en los Estados Unidos como Jeffery, Newuman y
Goldstein proponen que la prevención
criminal debe basarse en la modificación del ambiente físico, en cambios en los
diseños arquitectónicos y urbanísticos, con una actuación policial no reactiva
sino proactiva.
Ven al delito como reacción utilitaria, el crimen
como elección por sobre el riesgo de aprehensión y castigo, puesto que su
utilidad o beneficio inmediato y casi cierto, luce atractivo, comparado con un
castigo posible e incierto. De allí que algunos como Serrano Maíllo (2008),
ubican este enfoque en los neoclásicos, y muy especialmente en la tesis del delincuente racional, o simplemente
delito como opción racional, utilitaria, instrumental, altamente selectiva,
refiriéndose a que el delincuente busca espacios adecuados, el momento
oportuno, la víctima propicia entre muchas otras variables; interpretando así
que el delincuente ejecuta un acto selectivo, ponderando las variables y por
ende el enfoque situacional proyecta un acto delictivo racional.
Incidir en las múltiples variables que condicionan
el hecho criminal es la propuesta del modelo
de la prevención situacional. En principio se aprecia que no se detiene en
las causas del delito (prevención primaria), sino en sus expresiones,
manifestaciones o formas de aparición delictual; propone instrumentar,
implementar programas que neutralicen las oportunidades.
Este enfoque de prevención situacional se vuelca en las maneras de prevenir el
hecho delictual, más que enfrascarse en teorías explicativas del comportamiento
criminal, y programas de prevención primaria, ya que si bien no son erróneos,
son de medio y largo plazo sus resultados, mientras que la prevención situacional pueden asegurar
resultados inmediatos, o a corto plazo.
Las teorías explicativas del delito, propias de la
Criminología tradicional, han venido promoviendo irrealizables programas sociales, que involucran
aspectos socioeconómicos, para mejorar el entorno social del ciudadano y
alejarlo de la necesidad de alcanzar sus objetivos sociales por medio
del delito. O de proyectos de rehabilitación del infractor que no se concretan.
En contraste la noción de oportunidad,
en cuanto al momento, lugar y forma de actuar delictivamente, parece sustituir
a la de necesidad; de tal manera que
resulta más eficaz, limitar las oportunidades para el criminal que mitigar las
necesidades del potencial delincuente. Así, obstaculizar o poner trabas de todo
tipo posible al potencial actor del delito, interviniendo selectivamente en el
escenario del crimen, aumentando el riesgo y costos al probable delincuente,
disminuyendo los beneficios, proyecta una resultante que es un efecto inhibitorio en el posible
infractor.
Las técnicas de prevención deben ir dirigidas a
descompensar el ánimo del potencial agresor. Incrementar los riesgos o
dificultades para el delincuente latente, es lo que se le denomina costes; y el producto o importe obtenido
del delito, beneficio; desbalancear esta ecuación es el propósito de
cualquier técnica que se implemente.
Pero debe conocerse las diversas formas de
criminalidad y aplicar la técnica adecuada, aconseja Clark (1992) “diseño,
manipulación o gestión sistemática y permanente del espacio, entorno, medio
ambiente. Y tienen que instrumentarse de manera tal que, en la percepción del
delincuente potencial, impliquen un incremento de los riesgos y dificultades de
la opción delictiva con la consiguiente reducción de los beneficios esperados”
II.- Medina Ariza (1998), siguiendo las
investigaciones de Hough, Clark y Mayhew, hace concurrir en cuatro grandes
grupos las diversas técnicas de prevención situacional:
1.-
Las orientadas a incrementar la percepción del esfuerzo o dificultad de la comisión del delito en la
percepción individual del potencial delincuente;
a. mediante
la instalación de barreras físicas:
candados, materiales reforzados, mecanismos que rechazan objetos falsos
(detector de billetes falsos, de tarjetas de débito de crédito forjadas, etc.); todo lo cual
entorpece los planes delictivos.
b. Control de acceso,
o delimitación de espacios físicos a
través de obstáculos materiales en oficinas, fábricas, conjuntos residenciales;
a través de vallas, puertas, etc. U obstáculos personales: recepcionistas,
porteros, vigilantes de seguridad; u otras técnicas de control de acceso como
contraseñas, claves, password para acceder a cuentas bancarias o sitios o
servicios informáticos.
c. La desviación de
transgresores, para disminuir la convergencia en
un mismo tiempo y espacio a un volumen de personas y a posibles infractores o
tentados a cometer delito. Esto se logra y es práctica usual, la inutilización
de ciertos espacios físicos, como cierre de determinadas calles, limitación
temporal del uso de determinados lugares o
establecimientos, para evitar concentraciones en los mismos; estableciendo una
hora de cierre por ejemplo.
d. Control de
facilitadores o de objetos que se utilizan
decisivamente en la comisión de delitos, como el control de armas de fuego,
arma blanca, detectores por Rx, etc.
2.- Las orientadas a incrementar el riesgo en la percepción del
probable delincuente.
a.
Examen
y control de entradas y salidas: que tiene la
finalidad de precisar que quien ingrese o salga cumpla con algunos requisitos:
no entrar con bolsas a las tiendas o supermercados; chequear los objetos comprados antes de salir a fin de
comprobar que coinciden con la lista facturada por ejemplo. Las alarmas usadas
en algunos centros comerciales que detectan bienes u objetos o los
implementados en aduanas e inmigración son ejemplos de este control.
b. Vigilancia formal: realizada
por la policía o por un servicio de vigilancia privada; o la video-vigilancia;
también la vigilancia por empleado, común en tiendas de ropa, donde la empleada
sigue al usuario, señala los lotes de tallas, modelos y acompaña al consumidor
hasta los probadores.
c. Vigilancia natural,
procuradas por los diseños y características arquitectónicas y urbanísticas
convivenciales del propio hábitat; como mejoras en la iluminación e
infraestructura, modificación del diseño arquitectónico y urbanístico.
Movilización de vecinos a través de asociaciones de residenciados o
co-propietarios, asociaciones comunales, de barrios, etc.
3.-
Reducir las ganancias o
recompensas del delito, es decir disminuir la posibilidad de los beneficios
y expectativas positivas a los ojos o
percepción del potencial delincuente.
a. Desplazamiento del
objetivo: cita frecuentemente la doctrina la
sustitución del dinero efectivo, por otros objetos como fichas o tarjetas
(telefónicas), en gasolinerías, supermercado.
b. Identificación de la
propiedad: con signos indelebles que orientan
o alertan sobre el origen de la cosa sustraída, además de evitar la reventa en
el mercado negro con el consiguiente devaluación de la misma; puede facilitar
la recuperación de la cosa hurtada.
c.
Eliminación
del beneficio, inutilizando la cosa, evitando su
operatividad por medio de claves o códigos electrónicos que sólo el propietario
conoce.
4.- Incrementar los
sentimientos de culpabilidad en el infractor,
intentando reforzar lo repudiable, reprochable o condena moral de su conducta,
mediante la estimulación de la conciencia, induciendo a controlarse o
inhibirse; haciendo apología del comportamiento correcto o respetuoso de la
norma moral y legal. Ejemplo emblemático ha sido la publicidad proyectada en
los cines de nuestro país en la cual un papá dice a su hijo púber que logró
obtener para él en el mercado negro a precio ínfimo una película en DVD
“quemadita”, y el muchacho le dice sin desparpajo a su padre que logro un veinte o máxima nota con astucia
al copiarse. Lamentablemente este tipo de mensaje no es
frecuente ni en la TV, cines o en los hogares; eventualmente vemos algunos
mensajes sobre el peligro y perjuicio de los incendios forestales, maltrato a
los animales, la conservación del ambiente, y consumo de tabaco (cigarrillos),
y drogas; comportamiento prosocial antirracista. Bien pudiera como lo mencionó
Beccarias premiar el buen comportamiento ciudadano.
III.-
La prevención situacional y precauciones
rutinarias que debemos seguir en Barquisimeto u otra ciudad de tipo
metropolitana
Se ha mencionado como una teoría de las actividades
rutinarias, proyectándola como una teoría explicativa del delito, más bien luce como una teoría de la
victimización, ya que no expone porque ciertas personas delinquen, sino porque
el criminal tiende a buscar ciertos espacios y ciertas personas; así desde el
enfoque preventivo situacional, el ciudadano común debe interiorizar algunos
comportamientos en su cotidianidad para prevenir o cerrar la oportunidad al
potencial delincuente, y asociarlas al estilo de vida, a hábitos, costumbre es
decir incorporarlas a la actividad rutinaria del individuo y de las
organizaciones o grupos sociales; ya que como hemos visto el riesgo de ser
víctima del delito es un riesgo selectivo, racionalizado, diferencial: “el
delincuente escoge los espacios, el tiempo, la forma y, la víctima”.
Veamos una algunas situaciones: una ama de casa que
sale de su domicilio a sus diligencias domésticas, enciende el vehículo dentro
de su garaje, al calentar el motor, debe dejar que otra persona abra y cierre
el garaje inmediatamente luego de salir, dirigirse preferiblemente a un centro
comercial, con estacionamiento controlado; donde disponga de supermercado,
farmacia, tiendas, taquillas de pago de multiservicios (agua, electricidad,
teléfono); aunque estos servicios es
aconsejable hacerlo desde su casa por internet. Activar los instrumentos
de seguridad del carro (tranca-palanca, alarmas sonoras, trabega); no dejar
ningún objeto costoso o atractivo a la vista dentro del vehículo. En el banco,
hacer depósitos con cheques, no permitir que extraños vean sus códigos de
cuentas, ni mucho menos permitir que desconocidos hagan su depósito; al salir
del banco procurar salir con otros clientes, observar si es seguida hasta el
vehículo, puede ser casualidad, pero es mejor caminar hacia el personal de
seguridad o áreas con video-vigilancia. Tratar de cancelar con tarjetas de
debito las compras cotidianas, no exhibir dinero efectivo, ni ostentar costosos
accesorios y prendas en su rutina doméstica.
La creciente tecnología en materia de seguridad
ciudadana continua afinándose concomitantemente con la “racionalidad del
delincuente”; aparte del uso del plástico
como instrumento y forma masiva de pago, disponemos de lectores ópticos de
huellas dactilares, para entrar o salir de los lugares que diariamente
frecuentamos (escuelas, universidades, sitios de trabajos: fábricas, comercios
etc.),pronto tendremos lectores de retina o del iris; y tal vez tengamos que
llegar a la situación de que la pueblerina ama de casa en su cotidiana gestión
doméstica que arriba comentamos, tendrían que pasar su huella genética con un
dispositivo especial, a través de un lector ultra especialísimo para entrar o
salir de una tienda o supermercado.
IV.-
Críticas al Modelo de Prevención Situacional y, su evolución
·
Sobre estimarse el
factor oportunidad: no debe invocarse la oportunidad como factor etiológico
esencialmente, ni como único elemento sobre el cual actuar en la prevención. Si
bien se ha superado la atávica concepción de que el delincuente es un ser
enfermo o salvaje, la tendencia moderna es que se trata de un individuo común,
normal, con un universo complejo socioeconómico, psicológico, instruccional,
laboral, afectivo particular; cualquier sujeto es susceptible de elegir delinquir. La oportunidad es un factor, pero
considerarlo esencial o principal, es menospreciar la fuerza moral e identificación con lo correcto que puede
operar en todos nosotros.
·
La racionalidad de la
opción delictiva; o capacidad de dimensionar, ponderar los riesgos, costes y
beneficios del acto criminal. Hacer ver que el delincuente es un individuo
calculador, racional, otorgándole al delito una identidad utilitaria,
económica, profesional, inteligentemente financiera; y ello no es
generalizable, no se puede extrapolar a una universalidad.
·
El enfoque de
prevención situacional, parece también sobrestimada. los factores y variables
ocasionales (espacio, tiempo, rutina, forma y selección de la víctima); si bien
son relevantes en favorecer la comisión de delitos, no crea ni genera criminalidad.
Se observa una amalgama entre causa (prevención primaria) y síntomas o
manifestación delictual (situacional), soslayando el análisis etiológico,
esencia de la Criminología. Parece proyectar este Modelo de Prevención
Situacional, un modelo de prevención cínica, espurio, o más bien efectista,
pero a mediano y largo plazo ineficaz. Es saber que todos podemos ser
delincuentes, y a decir de Emile Durkheim, se debe imponer límites a la incorregible maldad del hombre; y estas
es una posición pesimista; si sabemos que somos inteligentes y recipientes de
virtudes que deben ser sembradas.
·
El desplazamiento ocurre, esto es, se intenta evitar, prevenir
actuando sobre variables determinadas, lo cual obstaculiza, aplaza o
desplaza la comisión de delitos; el
criminal buscará otro espacio físico menos protegido, u otro momento, o una
víctima más vulnerable; en suma, otra situación menos arriesgada. Ello implica que
el delincuente irá a lugares donde las autoridades encargadas de la seguridad
pública no desarrollan dichas medidas, donde no se instrumenten las medidas de
prevención situacional; y estas son los barrios o áreas de las ciudades de bajos
niveles de rentabilidad; condicionando
discriminación social y áreas o poblaciones o grupos sociales de bajos
estratos económicos, constituyendo zonas conflictivas de subcultura
delincuente.
·
Cuestionamiento ético
ideológico de la prevención situacional: Como se ha visto las técnicas y
estrategias lucen muy invasivas, se cree pueden afectar a terceros ajenos
a la génesis del delito; invade sus
territorios, la privacidad, la fluidez de sus vidas. Por otro lado la adopción
de la prevención situacional como estilo de vida, propicia la actitud
defensiva, una latente agresividad ante el posible hecho delictual, la
solidaridad humana se disipa, parece desaparecer en la ideología de la
seguridad personal y grupal; las urbanizaciones, residencias y poblaciones se
convierten en fortalezas; cada vecino guarda un muro como un soldado en la
guerra; la población vive en un perenne miedo. Se puede pensar que la
tecnología resolvería el problema de la inseguridad. Pero también pudiera traer
como consecuencia (reacción), aviesas y novedosas maneras de actuar del
delincuente, que realiza lo que se ha denominado desplazamiento maligno, es decir comisión de actos más graves o
temerarios. En fin a cada nueva crisis en que se fomente el delito, aumenta la
inventiva en materia de vigilancia; se conforman sociedades de delación, se
vivirá en un mundo vigilado, como en el célebre cuento de George Orwel “La
rebelión en la granja” y que algunos ya califican a este sistema de prevención
situacional como cultura orwelliana.
Finalmente debo mencionar el
reciente Congreso de las Naciones Unidas sobre “Prevención del Delito y
Justicia Penal” celebrado en Salvador (Brasil), en abril de 2010, el tema fue:
«Estrategias amplias ante problemas globales: los sistemas de prevención del
delito y justicia penal y su desarrollo en un mundo en evolución». El congreso
aprobó una declaración política única que contiene recomendaciones basadas en
las deliberaciones celebradas en las diferentes sesiones del congreso, en ella expresa
en sus artículos 7, 8 y 9, tres estrategias que deben formar parte de de la
política criminal en toda nación, expresando que todas presentan ventajas y
desventajas, pero que su implementación global pueden traer resultados
favorables a corto y largo plazo. Y entre ellas suman a la “prevención
situacional”. Cito parcial y textualmente la resolución de éste Congreso
Mundial:
o “La
prevención social aumenta el bienestar de las personas y fomenta un comportamiento
favorable a la sociedad mediante la aplicación de medidas sociales, económicas,
de salud, de empleo y de educación, haciendo particular hincapié en los niños y
los jóvenes, y centrando la atención en los factores de riesgo y de protección relacionados
con la delincuencia y la victimización”.
o “La
prevención basada en la comunidad procura modificar las condiciones en los
barrios en que el riesgo de caer en la delincuencia o de ser víctima de ella es
alto, debido a la privación generalizada, por ejemplo; o a la falta de cohesión
comunitaria, o a una combinación de otros problemas económicos y sociales”.
o “La prevención de
situaciones propicias al delito tiene por
objeto reducir las oportunidades y los incentivos para delinquir, maximizar el
riesgo de ser aprehendido y reducir al mínimo los beneficios del delito, por
ejemplo mediante el diseño ambiental de los espacios públicos o las viviendas o
el asesoramiento a las víctimas. Estas técnicas están orientadas a formas
específicas de delincuencia y se basan en el supuesto de que en cada situación
los delincuentes toman decisiones racionales sobre los posibles riesgos y
recompensas del hecho de infringir la ley. Sin embargo, pueden tener efectos
secundarios, al desplazar la delincuencia de una localidad a otra, excluir
(intencional o no intencionalmente) a los grupos marginados del uso de
determinados espacios y violar el derecho de las personas a la privacidad.
Lecturas
Consultadas
·
Alfonso Serrano Maíllo.
Introducción a la Criminología 5ta Edición Edit Dykinson Madrid España 2008
- Antonio García-Pablos de Molina. Tratado de Criminología 3era Edición Edit TiranLoBlanch Valencia España 2003.
- Garrido V., Stangelan P., y Redondo S. Principios de Criminología 3era Edición Editorial TiranLoBlanc. Valencia España 2006.
- George Orwell (Eric Blair).La Rebelión en la Granja. Edit. La Montaña Mágica mm, Colombia 2010